Un poco de Comida extra, no hace mal. (Phone)

Tarareo una canción mientras espero que salga el postre que acabo de preparar. Desde hace días tengo ganas de aquel postre de limón que hacía mi padre en aquellas tardes calurosas y un poco aburridas como esta. Wonk, el elfo domestico del que me hecho amiga me mira de mala gana por estar recogiendo lo que acabo de utilizar, y repite cada vez que puede: “Persephóne Lochtie quita trabajo a Wonk, Wonk tiene que limpiar cocina.”

Suelto una pequeña carcajada al tiempo que me volteo para verlo de frente y decirle: - Wonk ya ha trabajado mucho y necesita una ayuda.- sacudo su cabeza, justo en medio de sus orejas y una campanita indica que el postre está listo. Una sonrisa se dibuja en mi rostro y dando ligeros brinquitos me dirijo hacia el horno. Sigo tarareando la canción cuando la saco con cuidado para no quemarme y me dirijo a la entrada en busca de platos.

La canción siendo tarareada por mi es lo único que se escucha muy aparte de todo el ruido que se produce en la cocina por la preparación de la cena. A pesar de que llevo el postre caliente, sigo caminando con pequeños brinquitos y bailando al ritmo de la canción que no he podido sacar de mi mente. Al llegar a la entrada me encuentro con un montón de elfos amontonándose frente a un chico que acaba de entrar. Wonk, que me seguía casi pisándome los talones, casi se esconde por completo detrás de mis piernas. “Potter.” Susurra y me ahorro las ganas de soltar una risilla al escuchar el tono con el que menciona su nombre.

- Hola James.- saludo con naturalidad, dejando el postre sobre una de las mesas. Wonk se aferra con fuerza a mis piernas, asomándose con cuidado por entre mis rodillas para observarlo.- ¿Quieres un poco?- saco dos platos, dos cucharas y comienzo a partir una rebanada del postre que mi paladar tanto a suplicado por probar una vez más.

Sirvo la rebanada del postre en un plato y como un poco de lo que queda embarrado en mi cuchara a la hora de pasarlo del refractario. Ha quedado bastante rico, con la combinación exacta de azúcar y de limón. Cierro los ojos solo un segundo para disfrutar el sabor del postre. Tomo otra cuchara para servir pastel y se la ofrezco a Wonk, quién niega con la cabeza, escondiéndose aún más entre mis piernas sin despegar la mirada de James.
Muerdo mi labio sonriente, negando con la cabeza con un leve soplido entre dientes. ¿Qué le habrá hecho James a Wonk para que se comporte así? Quizá le tocó la mala fortuna de ser víctima de alguna de sus bromas, o seguro de chico lo uso de caballito, colgándose de su espalda y jalándole las orejas para que corriera más rápido, creyéndose un completo jinete.

Tomo una nueva rebanada de postre y la sirvo en un plato antes de pasársela a mi acompañante. Cosa que es bastante difícil con el elfo aferrado a mis piernas y opto por deslizarlo por lo largo de la mesa para que llegue hasta James. Mis ojos se abren un poco más de lo normal al escucharlo y mi cejas se unen en una expresión de sorpresa y confusión.
- ¿25 hijos? Apenas me convenzo de tener dos hijos y me multiplicas la cantidad.- en mi voz se nota un poco la sorpresa y la risilla contenida ante la broma que tanto le he repetido.- Además, ¿Cómo piensas mantener a tanto niño?- lo cuestiono apuntándolo con la cuchara.- Yo solo me casaré contigo si sigues soltero a los veintiocho, recuerda completa la promesa Potter.

Wonk me mira más confundido que si le hubiera dicho que me casaría con su madre y no puedo evitar formar una enorme sonrisa al observarlo.- Es un trato Wonk, un trato que seguro no tendré que cumplir. Tú y yo sabemos que terminará casándose con Lily Evans.- el elfo sigue mirándome con los grandes ojos abiertos como platos y mira a James con una expresión algo asesina. Río un poco antes de comer una cucharada más.

- No me he saltado la clase.- explico encogiéndome de hombros.- Entregué a tiempo los deberes y me dieron la hora libre. El profesor parece estar de buen humor hoy, con suerte y te pasa el que no hayas asistido con una buena escusa.