Dejemos las cosas claras - [Narcissa]

Nada más salir de la enfermería y tomar de la mano a Lucius, unas admiradoras suyas me miraron como si me odiasen con todas sus ganas, lo cual me hizo mucha gracia y solo consiguieron que yo me acercase más a él, abrazandole, como si se tratase de un novio o algo, solamente para joderlas un poco más. Cuando torcí la esquina, le solté nuevamente, riendo divertida.
Mi mirada se posó en el pasillo, estaba oscuro y el frío se notaba cada vez más, dado que estaba haciendose cada vez más tarde. Ya no pasaba nadie, y quizá todos se hubiesen ido ya a sus salas comunes. Escuché su respuesta a mi pregunta y asentí con la cabeza, comenzando a caminar, simplemente podíamos empezar por ese mismo pasillo. Escuché su último comentario y sonreí de lado. -Al menos solo son dos horas aguantandote...-. Bromeé mientras le sacaba la lengua. Ahora que el dolor de cabeza se había ido, todo era más... llevadero.

Mi mirada paseaba por todos los lugares de los pasillos por los que pasábamos y lo cierto era que no había nada interesante, ni un chico saliendo de la cama a altas horas, ni unos profesores enrollándose a deshora... quizá había imaginado cosas erróneas en todo ese tiempo imaginando que haría Lucius por las noches. Seguramente era la otra opción: quedaba con sus miles de admiradoras, una a una, cada noche, para no tener que hacer aquellas rondas él solo, y yo había caído en su trampa. Vale, era tonta, eso ya lo sabía yo. Me quedé callada hasta que le escuché hablar de nuevo. -Ojalá hoy pase algo diferente que no lo haga aburrido-. Murmuré sin más mientras seguía caminando, abrazando mi cuerpo con mis propios brazos.

Continué caminando mientras miraba alrededor. Todo oscuro, tranquilo, sin nada interesante que hacer. Si aquello era así todas las noches, menudo rollazo de noches. Mi mirada paseaba de lado a lado, y en mis ojos podía notarse el aburrimiento. Pero cuando ya estaba pensandome en ponerle una escusa y marcharme cuando un ruido me indicó que no estabamos solos. Escuché el hechizo de luz máxima que lanzó y el foco iluminó a una pareja de desvelados que se estaban comiendo la boca contra una de las paredes del pasillo. No pude evitar carcajearme de ellos y escuché lo que Lucius les dijo. Alcé una ceja viendo como echaban a correr y miré a Malfoy. -¿Ya está? ¿No les bajas puntos? ¿Ni les amenazas más?-. negué con la cabeza lentamente mientras reía aún. Lo cierto era que yo también me había visto a escondidas por las noches con Remus por los pasillos de aquel colegio, y me recordaban bastante a eso, pero tampoco nos habían pillado nunca, porque para ello él era prefecto.

Claramente, no me reía de que la "bañera" se estuviese llenando de espuma, no, me reía de las ideas que se me pasaban por la cabeza. La piscina estaba a rebosar de una espuma blanca, y debajo se podía ver el agua de diferentes colores. Me gustaba aquel baño, solo por él me hubiese gustado ser prefecta. Me sumergí, cerrando los ojos con suavidad y una vez en el fondo los abrí un poco, solo para ver hacia donde me dirigía. Estaba segura de que con la espuma y aquel color no me vería, por lo que me acerqué a él por debajo y tomé sus piernas, tirando de ellas hacia abajo hasta sumergirle a él. Seguidamente salí a la superficie, sonriendo divertida. Quizá él se pensase que solamente me reía por lo que hacía el agua, pero no, mi mente era más perversa que todo eso.